sábado, 1 de septiembre de 2012

GALICIA!! La Asociación en Sanxenxo y Santiago de Compostela


Compartimos la crónica de las vicisitudes en Galicia de varios integrantes del núcleo duro de la Asociación, durante el fin de semana largo del 17 de agosto:



Rodrigo y Leo salieron de Madrid el viernes 17 de agosto a las 20:55h, con 35 grados de temperatura y un calor de mil demonios. Yo les estaba esperando en el aeropuerto de Lavacolla (el aeropuerto de Santiago de Compostela) donde aterrizaron a las 21:50h, tras 55 minutos de vuelo. La temperatura en Santiago era de 20 grados, cálidos 20 grados, benditos 20 grados (en palabras de madrileños adoptivos que somos todos jej).


El planning que había programado para el fin de semana largo que teníamos por delante estaba totalmente definido y establecía, tras su llegada, que debíamos “picar algo rápido” para matar el hambre y poder enfilar con garantías nuestro camino hacia Sanxenxo, capital de la movida nocturna en las Rías Baixas, al objeto de aprovechar y disfrutar del ambientazo de su Puerto Deportivo.


A efectos de lo que importa, principalmente, a nuestros lectores, el lugar elegido para cenar y acallar los rugidos de estómago de los tres fue la Raxería-Pulpería San Marcos, un local especializado en comida tradicional gallega, muy conocido en la zona ya que se encuentra situado entre el aeropuerto y el Monte do Gozo (enclave éste de obligatoria parada de todos los peregrinos, desde donde se divisa ya la ansiada Catedral de Santiago). En este lugar, son muy famosos su empanada, su pulpo á feira, sus chuletas y chuletones de ternera gallega (denominación de origen) y el raxo, la especialidad de la casa, que viene a ser lomo de cerdo al ajillo troceado en taquitos, una auténtica delicia.
 

Tomamos, para compartir, y de inicio, empanada, pulpo y pimientos de Padrón. 



 







Para completar la faena degustamos tanto una chuleta de ternera gallega como el raxo de la casa.





Dimos buena cuenta de todo ello, acompañando los manjares servidos con un par de jarriñas de ribeiro tinto del país (que cómo sabéis y podéis apreciar, suele tomarse en taza).





 


No faltó tampoco el tinto con limón que tanto aprecia nuestro Presidente Rodrigo quien, como no podía ser de otra forma, se lo preparó con el delicioso ribeiro que nos habían servido. De postre, compartimos unos flanes caseros con nata. Tambièn catamos los primeros chupitos de orujo de hierbas...


 



A las 00:15h salimos de la Raxería hacia las Rías Baixas, ya ni pasamos por Santiago. Unos 55 minutos después estábamos en Sanxenxo, a 23 grados. Hicimos el check-in en el hotel (nos alojamos en Punta Vicaño, en un extremo del paseo marítimo de la Playa de Silgar, la playa urbana de Sanxenxo) y nos fuimos derechos a tomarnos los primeros combinados en el Dux!!.





El sàbado amanecimos tarde jaj, bastante tarde… hacía un calorcito perfecto, 29 grados, y un solazo en todo lo alto. Con alguna hora de retraso sobre el mejor horario previsto jej, a eso de las 14h, se nos unió otro socio de nuestra Asociación Gastronómica Boletus, expatriado, Pablo (mi hermano, quien lamentablemente el viernes noche no había podido acompañarnos). Una vez el cuarteto estaba ya conformado, nos dirigimos hacia San Vicente do Mar (a 20 minutos de Sanxenxo, por la carretera de la Costa en dirección a O Grove -terra do marisco- y tras la playa de la Lanzada), pues íbamos a comer en uno de mis restaurantes preferidos, a pie de playa, de esta zona. Un restaurante al que uno no puede dejar de acercarse si visita estas costas, el Restaurante O Muíño.

Entre que llegamos con 15 minutos de antelación sobre la hora a la que había realizado la  reserva y entre que hacía un día espléndido, nos sacamos unas fotos y tomamos algo en su terraza (que suavidad la del  albariño de la casa...).


Merece la pena hacerlo (tomarse algo antes de comer), no sólo porque las vistas desde el lugar son geniales (la punta de San Vicente, la playa de la Lanzada, la playa de Raeiros, las Islas Ons, las Islas Cíes, el mar abierto...), sino porque con la primera consumición te ponen como pincho una ración de lo que sea (en condiciones normales y camelàndote un poco a  Rocío, la dueña, quehacer éste en que el patronato fundador de la Asociación es altamente experto jej).  En nuestro caso, pudimos degustar unos deliciosos trozos de empanada casera de pulpo.

 



Sentados ya a la mesa, iniciamos la gloriosa comida con una pulpo á feira, unas navajas a la plancha y unas almejas a la marinera, todo ello producto de mar obtenido en el mismo día de la Ría de Arosa. Esto es algo que le da aún más valor a los platos, ya que el producto es fresco-fresco, vamos que más fresco no puede ser, recién pescado! (no hay igual!)

 



A continuación nos sirvieron una paella de rape y almejas, que estaba de auténtico vicio.


Tras esto, y ya haciendo un esfuerzo gástrico -de la Asociación al cielo jaja-, compartimos unas raciones de merluza y bacalao a la gallega.

 


Si bien ya lo sabíamos, todos comprendimos qué significa eso de tener cerca un puerto pesquero, lo que nos permitió disfrutar tanto de la textura del marisquito que tomamos como la de ambos pescados, y de su sabor incomparable e inigualable.

Para terminar, no podíamos irnos sin tomar unos postres caseros. Lo que elegimos fue flan de queso, tiramisù y filloas con nata (crèpes versión galaica).






Tras un café de puchero para cada uno y un licorcito de orujo de hierbas para hacer mejor la megadigestión jaja, abandonamos el restaurante, con lágrimas en el esófago, felicidad estomacal y aplausos intestinales.

Pasamos la tarde en la playa de La Lanzada (una de esas playas que hay que conocer si se visitan las Rias Baixas, playa de ritos ancestrales), descansando, jugando a las palas y dándonos unos chapuzones en sus frescas aguas (19 grados), mientras la marea iba bajando...





Antes de la puesta de sol nos desplazamos al Chiringuito de Foxos, en la cercana playa de Foxos,  donde es obligado pasar las ùltimas horas del día frente al mar, con la capilla de Nuestra Señora de la Lanzada flanqueando la puesta del astro rey y con Felipe, el barman del Chiringuito, encantado de servir, con la pausa precisa que se requiere, cualquiera de las 34 marcas de ginebra distintas que integran la oferta ginebrera. Nos tomamos un par de ellas (y afines) por barba mientras conversábamos y el sol nos iba abandonando por el oeste (claro! jej)... 






Antes de salir, con unos tentempiés (unos calamares y unos pimientitos de Padrón) nos fue suficiente para iniciar el encuentro con la noche en el entorno del Puerto Deportivo de Sanxenxo.


La noche del sábado fue de gran altura…
   
 





Tras la misma, el momento de la comida del domingo llegó apenas 240 minutos de descanso después, no obstante lo cual aprovechamos para darnos un reparador baño de mar y tomar un refrigerio y un pinchito en el chiringuito a pie de la preciosa playa de Montalvo, acompañados por las Islas Ons y las Islas Cíes al frente.




El lugar elegido para la comida del domingo fue el Restaurante Casa Zulema, otro de mis preferidos de la zona. Este restaurante se encuentra en un paraje elevado entre la playa de Montalvo y Portonovo. La reserva la teníamos en primera línea de terraza, desde donde seguimos disfrutando de las vistas antes comentadas, pero desde las alturas, espectacular... una pasada jej.







Las viandas que en esta ocasión decidimos compartir para abrir boca fueron empanada de pulpo casera (sencilla y sabrosa), xureles (pescadito frito) y ensalada (de productos de huerta propia).




Al tiempo que consumíamos los minutos con una animada y distendida charla respecto a las amenazas que se ciernen sobre el estado del bienestar de nuestro país, dimos continuidad a nuestra bolética gula (todo por nuestra Asociación jej) con una caldeirada de pulpo, merluza a la romana y una milanesa de ternera (a petición expresa de Rodri y Pablo, dos apasionados de las milanesas).




Llegado el tiempo de los postres no pudimos resistirnos a pedir el flan de queso (una exquisitez), la tarta de queso al horno (una de las especialidades de la casa… cuánto nos acordamos de nuestro asociado y amigo Marcial!... que incluso repetimos jej), la mousse de limón y el tiramisú. Unos cafés de puchero, sobremesa, y listos.





De esta guisa se habían consumido ya el par de días programados en Sanxenxo y su costa, de mucho encanto gastronómico, sí, pero en los que también tuvo cabida el descubrimiento y disfrute de paradisíacas localizaciones de su fantástico litoral.


Era el turno de pasar la tarde del domingo en Santiago de Compostela


Llegamos con el tiempo justo de ver en pantalla grande el estreno liguero del Real Madrid en el Bernabéu, frente al Valencia. Elegimos para ello la tranquilidad y confort del Café D'Lucía, un acogedor local  que linda al oeste con el Parlamento de Galicia. Siendo futboleros como somos, con el partido, unos tercios de cerveza estrella galicia y sus correspondientes pinchos acompañándonos (que incluyeron, entre otros, maní, tal como les gustaba a Leo y  a Rodri) pasamos las siguientes dos horas de relax. Sobre el resultado del partido ya hubo crónicas diversas en todos los medios periodísticos nacionales, con lo que nada más que apuntar al respecto.
Una vez realizado el check-in en el hotel -elegimos uno modernillo que estaba a escasos 3 minutos a pie de las principales entradas a la zona vieja/monumental de Santiago-, enfilamos la noche a través de la rua del Preguntoiro, camino de la Plaza del Toural, dejando a un margen las famosas rua Nova y rua del Villar, para llegar a continuación a la rua del Franco, la calle con más bares y restaurantes de Europa.


En esta calle es misión imposible pasar por todos ellos jaj, pero sí hicimos las paradas obligatorias del Bar París y el Bar Dakar, inicio y fin de la tradicional ruta París-Dakar de Santiago (ruta de vinos que cuenta con más de 20 años de tradición y que consiste en tomarse un ribeiro en taza en más de 25 locales de entre todos los que hay en la rua del Franco y en la rua de la Raíña, y obtener los sellos acreditativos de que efectivamente se pasó por cada uno de ellos), alguno de los bares que visitamos de forma previa a la parada táctica que hicimos para picar algo como cena.

 

Las reconstituyentes tapas y raciones las tomamos en la Taberna do Bispo, también en la rúa del Franco... un local de obligada visita:




 

  



Acto seguido dimos una buena vuelta por la zona vieja de Santiago, terminando de recorrer la rua del Franco, paseando en torno al Palacio de Fonseca (del S. XVI, origen de la Universidad de Santiago y actual Biblioteca General), la cual desemboca en la archiconocida Plaza del Obradoiro, donde se encuentran el Hostal de los Reyes Católicos (del S. XV, actual Parador Nacional), el Palacio de Gelmírez (del S. XII, actual palacio arzobispal), el Palacio de Rajoy (del S. XVIII, actual sede del Ayuntamiento), el Colegio de San Gerónimo (del S. XV, actual sede del Rectorado de la Universidad) y la fachada barroca de la Catedral de Santiago (del S. XVIII).




 



Después de disfrutar con un nocturno paseo alrededor de otras de las fachadas de la Catedral, como la fachada de Azabachería, y la fachada de Platerías, tras  explorar los exteriores del Monasterio de San Martín Pinario (del S. XI, segundo Monasterio más grande de España, tras el del Escorial)  nos tomamos un combinado en la Plaza de la Quintana, en la Quintana de los Vivos (por encima de las escaleritas que dividen la plaza), al cobijo de la Casa de la Parra (del S. XVII). Desde allí teníamos una vista inmejorable de la fachada este de la Catedral, de la Puerta Santa (puerta de entrada para los peregrinos que sólo está abierta durante los Años Santos, que son aquellos en los que el día del Ápostol coincide en domingo), de la Torre del Reloj de la Catedral y del Monasterio de San Paio de Antealtares (construido al mismo tiempo que la Catedral, cárcel en sus orígenes, y actual convento de clausura). 


  



Estábamos cansados de tanto tute jej, pero tras no haber podido disfrutar -ya que los domingos echa el cierre- del novedoso y sorprendente maridaje que ofrece desde hace muy poco el local Vaová Gastro, destilados Premium y Coctelería de Autor fusionados con una oferta gastronómica informal (basada en Finger Food & Snacks) nos despedimos de Santiago degustando el último combinado en el ya famoso Vaová Gin Bar, una de las 10 mejores coctelerías de España, según varias publicaciones especializadas.
Con el disfrute del atractivo cultural  de la zona monumental de Santiago de Compostela (desde 1985 declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad), redondeamos las tribulaciones de la Asociación Gastronómica Boletus en Galicia, unas jornadas en las que disfrutamos adicionalmente de buena playa y del turismo gastronómico diurno y nocturno.
Lo siguiente será hacer el Camino de Santiago, a pie, por etapas, en fines de semana y "en plan cómodo", ¿candidat@s?.

4 comentarios:

  1. Josma, realmente acojonante. Una pena no haber podido acompañaros. Slds

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  2. La verdad es que la palabra es esa: Acojonante.

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  3. Josma, despues de los 3 días que pasamos ya cuento los dias para organizar el camino de Santiago pero a nuestra manera!!!! Je je

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  4. SIMPLEMENTE PUEDO DECIR QUE ES-PEC-TA-CU-LAR!!
    Muy buen detalle del viaje tío!!! Muy bueno!!!
    Joder, y la comida era espectacular. Estaba viendo las fotos y me estaban entrando unas ganas de coger un avión al norte ya!!!

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